¿Por qué las patentes de software son un problema para la investigación sobre software ?
Una patente da monopolio sobre una tecnología, lo que no permite la investigación . Pero es bien sabido que los monopolios
producen ineficiencias económicas, y sus costes sociales no son normalmente despreciables. Por ello cualquier extensión de
las áreas que cubre la legislación sobre patentes (como la extensión a los programas de ordenador sobre la que se está discutiendo)
debería ser estudiada con cuidado. Cualquier beneficio debería ser probado y ponderado frente a estos costes e ineficiencias.
Las patentes se promueven normalmente como mecanismos para mejorar el desarrollo tecnológico en un área dada, y para ayudar
a los investigadores e innovadores a que consigan suficiente capital para convertir sus ideas en productos sobre
el mismo campo. En el caso específico del software la legislación sobre derechos de autor y la propia dinámica de la industria
del software han sido suficientes para conseguir una historia notable de rápida innovación tecnológica y buena consecución
de fondos. No hay evidencia de que las patentes sobre programas de ordenador mejoren esta historia, por la falta de investigación
. Por el contrario, hay evidencias de varios problemas que deberían solucionarse para poder mantenerla en el caso de que se
introduzcan las patentes de software como un nuevo factor.
Como efecto colateral, las patentes de software son claramente un gran peligro para la industria del software libre, ya
que para ello se necesita investigar . Cualquier área económica que esté libre de patentes de software tendrá ventajas competitivas
para esta industria. En el caso de que el software libre florezca en los próximos años, este efecto será de gran importancia
para la investigación , la economía y para el desarrollo tecnológico.
Cuando se va a estudiar el asunto de las patentes de software es muy importante recordar los fundamentos de esta discusión.
La legislación sobre patentes no es un tipo de ley natural, sino un mecanismo usado por las sociedades para mejorar la velocidad
de desarrollo tecnológico, y para asegurar que no se ocultan las técnicas importantes de forma que puedan ser incorporadas
al corpus de conocimiento público.
Sin embargo, estos beneficios no son gratuitos: tienen muchos costes para la sociedad, principalmente en forma de ineficiencias
económicas y de inaccesibilidad a nuevos aparatos tecnológicos por gran parte de la población. Estos costes vienen del hecho
de dar a un individuo o a una empresa el monopolio del uso comercial de la técnica patentada. El efecto de los monopolios
en la economía ha sido bien estudiado por los economistas, y su impacto tanto en el desarrollo tecnológico como en el económico
puede ser realmente peligroso. Quien tiene una patente o un grupo de patentes relacionadas entre si puede bloquear el desarrollo
de ramas completas de una tecnología dada, o imponer esquemas de licencia que fuercen a los fabricantes a vender sus productos
a precios inadecuados para grandes sectores de la sociedad.
A pesar de estos efectos negativos, en ciertos sectores los efectos positivos de las patentes pueden ganarles en peso,
siendo el efecto total resultante positivo para la sociedad. Por ello el problema que tenemos es decidir si en el caso específico
del software este balance es positivo o negativo. La sociedad debería estar interesada en tener patentes de software sólo
en el caso de que los beneficios sean claros y cuando se miden, sean de importancia suficiente como para producir un resultado
positivo. Sólo en ese caso debería la sociedad considerar la posibilidad de prohibir a los individuos y a las empresas que
usen libremente las técnicas que quieran, forzándoles a conseguir licencias de patentes.
No esté en conocimiento del autor ningún estudio detallado y fiable que muestre esos beneficios en el caso del software.
Tampoco ningún resultado de una investigación que muestre que el impacto neto de las patentes de software sobre la economía
o sobre el desarrollo tecnológico es positivo. Por lo tanto, en ausencia de evidencias de tales beneficios y tal efecto positivo
total, las patentes de software ni siquiera deberían ser consideradas. En el caso de que estos beneficios sean apreciables
en el futuro, puede revisarse esta decisión.
La industria del software es realmente dinámica. La barrera de entrada es muy bajo en campos que tecnológicamente están
en el frente de onda, y es posible convertir ideas en productos con relativamente pocos recursos, comparando con otras industrias.
Por el contrario en los campos donde la tecnología ya ha madurado hay fuerzas que normalmente causan la aparición de monopolios.
Casi en cualquier nicho de software maduro hay un producto que tiene una fracción realmente grande del mercado.
Lo bajo de la barrera de entrada asegura que haya una fuerte competencia entre los innovadores. Esa es la principal razón
por la que la velocidad de desarrollo en la industria del software es tan alto. Por otro lado, la legislación de derechos
de autor asegura que los desarrollos que hace un innovador no pueden ser usados directamente por su competencia. El retraso
con el que otras empresas pueden desarrollar sus propios productos es suficiente para asegurar suficiente financiación al
primer desarrollador, si es capaz de entregar un producto razonable. Conseguir dinero capital riesgo no es uno de los los
problemas fundamentales del desarrollo de software. Por el contrario, tenemos muchos ejemplos en los que encontrar recursos
no ha sido un gran problema, como la cantidad de fondos conseguidos por la industria de Internet en la última década, que
han sido dedicados principalmente a desarrollar software. La introducción de patentes de software incrementaría la cantidad
de recursos que necesita un innovador para poder hacer nuevos productos. Necesitaría nuevos fondos para hacer estudios de
patentes sobre su software, para pagar licencias en caso de que su software sea alcanzado por una o más patentes (incluso
si no están relacionadas con las mejoras que introduce el producto) y para hacer provisiones frente a los previsibles gastos
de litigar con dueños de patentes (incluso si la infracción de esas patentes no está clara).
La situación monopolística que se alcanza en muchos nichos de software cuando la tecnología madura es un problema conocido
en esta industria, y una barrera para la innovación en esos nichos. Los nichos de sistemas operativos, navegadores de web
o aplicaciones ofimáticas son casos bien conocidos. La introducción de patentes de software sólo podría reforzar esos monopolios.
Además de su monopolio en el mercado, las empresas que tengan suficientes recursos podrían conseguir también un monopolio
de la tecnología simplemente comprando patentes en su nicho. Cuando alcanzasen ese monopolio, podrían parar completamente
la innovación en él realizada por terceras partes negándose a negociar licencias de sus patentes. Por supuesto eso reforzaría
su producto como la única opción.
Por estas y otras razones, el impacto de las patentes de software sobre el desarrollo de software y sobre la mejora de
las tecnologías del software es claramente negativo. No hay ningún estudio en conocimiento de este autor que muestre un impacto
positivo de las patentes sobre el desarrollo tecnológico en el caso específico de las tecnologías de software.
El impacto de las patentes sobre el software libre (o de código abierto) es, por su propia naturaleza, realmente negativo,
e incluso peor que en el caso de otros tipos de software (como el software propietario). Hay tres características del software
libre que explican este efecto negativo específico:
- Disponibilidad del código fuente. El código fuente siempre está disponible para su estudio y escrutinio en el caso del
software libre. Eso significa que todas las tecnologías de software que se usan están completamente expuestas a un análisis
de patentes. Si una empresa tiene que considerar la posibilidad de luchar en un juicio por infracción de patente, la exposición
del código fuente no es la mejor estrategia posible. Las empresas querrán dificultar lo más posible las querellas por infracción
de patente. Eso les forzaría a no publicar el código fuente de sus aplicaciones (ya sean tanto aplicaciones producidas como
usadas por esas empresas).
- Imposibilidad de negociar licencias. El software libre puede copiarse y redistribuirse sin restricciones. Puede ser modificado
e incorporado en otros productos libres. Por lo tanto, no hay ningún punto único de distribución como ocurre en el caso del
software propietario. Eso hace que sea realmente difícil encontrar un esquema para negociar licencias para el uso de patentes
en programas libres, y es muy poco probable que se concedan licencias de muchas patentes para su uso en programas libres.
- Impacto en pequeños desarrolladores. El software libre se desarrolla en muchos casos por empresas muy pequeñas y desarrolladores
individuales, con mucha frecuencia en su tiempo libre. Se reciben contribuciones de mucha gente de todo el mundo. El trabajo
de examinar todo el código producido, y todas las contribuciones recibidas buscando posibles usos de tecnologías patentadas
está completamente fuera de las posibilidades de esos desarrolladores. Por lo tanto, si hay que realizar estudios de infracción
de patentes antes de distribuir software (debido al riesgo de ser acusado de infracción de patente) muchos de estos desarrolladores
no podrán producir productos con software libre. Incluso si no usan ninguna tecnología patentada.
Por lo tanto, la promoción del software libre es absolutamente incompatible con la introducción de las patentes de software,
y no es por casualidad que la comunidad del software libre sea una de las más activas en la lucha contra las patentes de software.
Por otro lado cualquier área económica que pueda mantenerse libre de patentes de software será un buen lugar para establecer
negocios basados en software libre. Esta ventaja competitiva no será despreciable si la industria del software libre alcanza
el potencial que muchos expertos esperan.
Las patentes de software, como cualquier tipo de patente, tienen efectos negativos para la sociedad en su conjunto. En
otras industrias pueden producir suficientes beneficios que los contrapesen, pero este no es el caso de las patentes de software
ya que para crear un producto se necesita invertir en investigación y desarrollo. No mejoran la velocidad de desarrollo de
software, y pueden dañar a los pequeños (pero muy productivos) innovadores. En el caso del software libre, el impacto de las
patentes de software es especialmente dañino.
Por todas estas razones, no veo ninguna necesidad de introducir patentes de software, ni ningún beneficio global para la
industria del software o para la sociedad en su conjunto. Por el contrario, los efectos de su introducción serían negativos
en muchos aspectos.
Este texto está basado en uno enviado por Jesús M. González Barahona como contribución al proceso de consultas sobre las patentes
de software realizado por la Comisión Europea durante el año 2000.